.

Si vosotros no ardéis de amor, habrá mucha gente que morirá de frío.

domingo, 24 de abril de 2011

Y poder darte un beso de buenas noches a cada segundo que pasase.


-Me gustaría, me gustaría de veras que fueses tú quien me tendiese la mano cuando tropiece con alguno de los baches de este duro camino llamado vida.
-Amí también me gusta soñar.


sábado, 23 de abril de 2011

Y ante todo, soy capaz de quererte como nadie.




No tengo un tipo espectacular, de ésos que los hombres no pueden evitar mirar. No domino el francés, ni siquiera el inglés, y en mi propia lengua hablo de por demás. No soy ordenada, ni me gustan los juegos de mesa. No soy la típica chica inteligente, ni la guapa, ni aquella que es simpática en demasía. Soy, simplemente, un espíritu inquieto, de ésos a los que les cuesta estar parados, que no son capaces de dejar de saltar, y correr, y brincar por donde quiera que van. Canto canciones todo el rato, cualquier momento es bueno para desprender alegría y contagiar un poco al mundo de algo que no sea la tóxica rutina de esas caras largas y monótonas, ya demasiado habituales. Soy torpe, despreocupada e histérica. Tengo muy poca paciencia, y a menudo digo cosas de las que debería arrepentirme. Sinceramente, creo que mis peores pesadillas han sido las que he tenido despierta, todas las cosas que en poco tiempo he podido ver, pero los mejores sueños también han sido aquellos en los cuales ni tan siquiera estaba dormida. Confieso que, en realidad, tengo una adicción un tanto descontrolada hacia todo lo prohibido, y me tienta demasiado lo inmoral. No soy capaz de entender por qué motivo me cuesta tanto olvidarte, ni porqué a ti te ha costado tan poco.
Pero, creo que al fin me voy haciendo a la idea de perderte. Bueno, no, a decir verdad, ya me he figurado que hace tiempo que te perdí.

Si me permites decir que me haces la mujer más feliz del mundo.

¿Con esto quieres decir que de veras has vuelto? ¿Que me juras que no te vas a volver a marchar nunca?




viernes, 22 de abril de 2011

♥.

-Desde que te fuistes, no me sale sonreir con la misma afán de siempre, y tampoco me despierto ya con esas ganas incontrolables de comerme el mundo nada más levantarme de la cama. No me sale ser muy listo, y he olvidado hasta como se hacía un huevo frito, paso las horas mirando por la ventana, porsi acaso tu coche rojo aparca en el otro lado de la acera, oliendo tus bestidos, mirando las fotos de nuestra boda, y, ante todo, llorando, llorando hasta quedarme dormido encima de tus cosas, de tus recuerdos a los que tanto echo de menos. Nunca me dí cuenta de que te necesitaba como al aire, siempre acostumbrastes a estar ahí, a besarme cuando nos encontramos después del trabajo, o cuando alguno de los dos sale de casa, a abrazarme cuando me sentía abatido por problemas del trabajo, familiares o de cualquier tipo, a colorear mis sueños con el aroma de tu perfume, a poder darme la vuelta y recorrerte la espalda. Es algo, que añoro tanto que cada despertar me quema en le pecho, vivir no es vivir desde que tu cabello oscuro se evaporó de mis días. Sabes que lo daría todo por volver a recorrer tus labios sabor canela, por verme reflejado en ese par de ojitos oscuros que tanto me han echo perder la cabeza.

por alguien que de veras, es muy especial.

Ella es ella, Carla Marín Gutiérrez, una personita muy retrasada que no cambio por nada en el mundo. Ella es quien ha estado ahí, desde el primer día, hasta el día de hoy, y, apenas dudo al decir, que es ella quien me acompañará hasta el resto de nuestros días. Han pasado ya catorce años, ciento sesenta y ocho meses, cuatro mil novecientos días desde que la conozco, y, puedo darme el gustazo al decir que en ninguno de esos casi cinco mil despertares, nunca me ha fallado, que jamás me ha puesto la zancadilla. Siempre, siempre habrá alguien que lo sepa todo de tí, desde tu primera papilla hasta tu último miedo, y, sin dudarlo, en mi vida es ella, mi melliza defectuosa, mi sonrisa mi todo. No hace falta decir que, estamos muy locas, que juntas somos imparables. ¿Cuantos miles de momentos? Imposible contarlos, ya que, seguramente, ni existe un número tan elevado: nuestros primeros viajes, vídeos, peleas, sonrisas, dientes, lloros, pasos, nuestro bautizo, nuestros cumpleaños, nuestro internado, aquel famoso tolón tolón, los bailes de punk, nuestras paridas, los mejungues, nuestros paseos por sanmillán o yagüe, las tardes en casa de la abuela, nuestros secretos más íntimos, las tardes cantando las canciones de grease por el telefono, todo, todo, todo, y absolutamente todo. Que, los buenos amigos cuentan tus historias más emocionantes, pero solo los mejores, las viven junto a tí.