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Si vosotros no ardéis de amor, habrá mucha gente que morirá de frío.

miércoles, 23 de noviembre de 2011

Mejor que el cielo, infinitamente mejor.


Con frecuencia me pregunto si es el karma el que me ha dado todo esto, me pregunto el porqué la vida me guiña un ojo de sopetón, sin condiciones ni trucos de por medio. Cuestiono que es lo que tengo yo que no tiene otra persona, lo que tengo que me ha llevado a ser considerablemente feliz, a sentir que mi buena suerte se alza por encima de la de cualquier otro mortal. Y es que en eso se ciñe todo, en que tan solo somos personas, personas extremistas y a momentos complejas que tratan de subsistir en una vida demasiado ajetreada. Buscando eso que consigue hacerlo todo fácil, eso que complementa a una hasta el punto de la saciedad. Qué es aquello que estoy pasando por alto que me ha brindado la sonrisa que me hace sentirme viva hoy por hoy, cual es el número exacto de buenas acciones que he desempeñado a lo largo de los catorce años en los que he tenido el privilegio de encontrarme. Siento que todo lo que conozco por ahora se aferra a mil y una dudas, a cientos de porqués sin responder, sin hallar ninguna respuesta coherente. Que nada de esto en lo que vivimos es perfecto, pero, poder compartir con lo que dispones con la persona a la que amas, es mejor que alcanzar la perfección. Poder sentir que las nubes se quedan no solo para alcanzar a tocar con los dedos de una mano, si no para sentirlas bajo los pies, es mejor que todo el oro del mundo. Que sentirte realmente colgada de una mirada que te arranca una sonrisa idiota durante horas y horas, es muy, pero que muy, muy muy superior a todo lo imaginable. Y es que es actualmente cuando siento que no necesito nada más que se salga de su nombre y sus apellidos, de sus ojos oscuros, de su pelo corto, de sus lunares, de su piel morena, de sus sonrisas, de sus labios, de sus te quieros, de sus noches, de sus mañanas y de sus tardes, de sus sueños, de su futuro, de su voz, de su risa, de su presente. Es en este día, en el que soy capaz de decir que he comprendido el verdadero significado de un verbo, tanto complejo como simple. Sí, como no, estoy hablando del verbo "amar".

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