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Si vosotros no ardéis de amor, habrá mucha gente que morirá de frío.

viernes, 11 de noviembre de 2011

Eres la razón de mis sentimientos

Conozco demasiado bien el compás que sigue tu respiración cuando te duermes, o cuando estás a dos minutos de hacerlo. Conozco tus miedos y todas tus inquietudes. También sé al dedillo tu peor pesadilla, al igual que me he aprendido tus mayores sueños. Sé que película consigue tocarte ese punto débil que todos tenemos, domino tu nombre y tus apellidos completos, y conozco cual es el viaje de tu vida. Sé que odias determinada música, a determinadas personas, y determinada forma de vida. Como también conozco que te priva tocar la guitarra, y sé que sabes que me siento muy afortunada de haberte escuchado hacerlo. Sé que asignaturas se te dan fatal, pero también podría nombrar aquellas en las que destacas. Domino lo que te molesta, sí, odias que te pasen la mano por la cabeza. También conozco esa bocecilla tan graciosa que se te pone cuando te despierto y no se puede determinar si estás más aquí que allá. Además, no peco de ignorancia en cuanto a tu forma de preocuparte por cualquier cosa que me ocurra. Sé que no aguantas más de dos minutos sin hablarme cuando te enfadas (aunque en el fondo sé que nunca lo haces de verdad), y también sé que eres incapaz de no molestarte por cada una de las cosas en las que no te hago demasiado caso. Conozco tus rabietas, y la forma en la que miras, sí, esa forma capaz de alegrarme el día. Me sé al dedillo cada una de tus virtudes, al igual que hasta el más mínimo trapo sucio. Sé que lo te molesta que te diga, y de quien no aguantas que te hable; podría decir que tengo la capacidad de ponerte nervioso cuando yo quiero. También sé en todo aquello en lo que crees, y todo eso que te paraliza del miedo. Conozco cada una de las tácticas que utilizas para salirte con la tuya, y también me he dado cuenta de que me conoces como nunca nadie lo había hecho. Sé que no te gusta seguirme el juego, y que te percatas al momento de que me hago la tonta para que acabes cada una de las frases que no terminas. Sé que te gusta mentirme demasiado, aunque eso sea lo de menos, sé que eres capaz de pasarte absolutamente toda la noche hablando por teléfono sin que halla un minuto en el que disminuya la conversación. Conozco tu forma de preguntarme si me pasa algo, o de pedirme perdón cuando hago que me enfado contigo, como también conozco tu sonrisa, y todo lo que llegas a representar con ella. Sé que es aquello que te avergüenza, como por el contrario también estoy al tanto de aquello que te crece. Además de todo esto, conozco los motivos por los que te castigan, o te premian, y esa forma de ser que te hace ser tú. No peco de ignorante en cuanto a cual es tu canción, animal, número, cosa, grupo y color favoritos, sé que tienes planes para el futuro, y conozco que sabes que soy tremendamente celosa, pero también sé que tú no te quedas corto. Me he memorizado el timbre de tu risa en todos los formatos, tanto el que usas cuando algo te ha hecho reír verdaderamente, como el que utilizas como vía de escape simplemente por cumplir.
-Sé la forma en la que te he alegrado el día hoy, en la que te alegraré mañana, y en la que seguiré haciéndolo todos los días de tu vida.

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